...No es la altura, lo terrible es la pendiente; desde la vista se precipita a lo hondo y la mano se tiendea la cumbre.
Allí es donde se apodera del corazón el vértigo de su doble identidad...
Así hablaba Zaratustra...
Una carta sellada con un beso para mi querida felicidad, Una sonrisa perversa conduce a la sensualidad, Una triste realidad conduce hasta es sueño, Una promesa rota conduce hasta lo más profundo del corazón, y más adentro... Y hacia lo desconocido…...
Y que hace este angelito, ahora,a las seis de la mañana, subida al mástil de este naufragio?¿A ver si, alzando las copas, forajidas, viene un cielo de enfermeras para lamer, sin asco las heridas...de amor
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