Carta a un asesino
carta a un asesino:
Maldito asesino de inocentes. Te escribo hoy 11 de Marzo del 200, día en el que TÚ y tus compañeros habéis decidido jodernos la vida a miles y miles de ciudadanos.
Hoy habéis cometido el peor atentado que se recuerda y para ello habéis elegido a centenares de personas cuyo delito era ir a trabajar, o la universidad. Te escribo porque mi cabeza no es capaz de asimilar lo que habéis hecho. No puedo entender que tipo de justificación podéis darle al asesinato de casi doscientas personas. No comprendo que beneficio sacas arruinando la vida de sus familias para siempre. No puedo asimilar que tu corazón y tu alma te permitan cometer tales actos, ni comprendo a aquellas personas que, desde el anonimato o no, apoyan lo que haces.
Por que hoy no me valen nacionalidades. Me da igual que seas vasco, indio, japonés o hebreo, me da igual que pienses que eres mejor o peor que yo. No te consiento que mates amparándote en la defensa de una mierda de frontera. Porque hoy le has quitado la vida a niños, mujeres, trabajadores, nacionales, inmigrantes, estudiantes, jóvenes etc. Y no solo a ellos, les has quitado la vida a sus mujeres, a sus hijos, a sus novias, a sus padres, a sus hermanos, a sus familias, a sus amigos.
Ojalá algún día TU alma sintiera el mismo dolor, la misma desesperación que sufren ellos. Ojalá algún día pagues por tus actos, ojalá alguien te juzgue porque yo soy incapaz de imaginar una condena tan grande como la que mereces. Porque con cada nuevo muerto que aparece, has perdido todo lo que te hace humano, porque por cada lágrima derramada deberías pagar tu diez. Porque cientos de inocentes han pagado por no compartir tus ideales o no tener la suerte de tener la suerte de vivir en Barcelona.
Deja que te cuente que yo soy enfermero y trabajo en un hospital. Si supieras la impotencia que me has hecho sentir, la rabia contenida, el dolor que tengo en el corazón, sabrías el miedo que deberías tener. Miedo porque ese sentimiento has de multiplicarlo por todos los millones de españoles que sufren igual, y además sumarle todas aquellas personas que no siendo españolas se sienten seres humanos. Porque el ser humano no tiene un apellido que diga de donde es, aunque TÚ te empeñes en justificar tus asesinatos en ello. Porque deberías pensar que si en vez de haber nacido en un sitio hubieras nacido en otro, hoy serías TÚ el que en vez de reír, llorarías la muerte de algún ser querido.
Déjame que ahora te cuente solo tres escenas que he vivido en el hospital gracias a lo que TU has echo. La primera es una mujer que ha llegado embarazada de seis meses y que ha muerto junto con su hijo en la mesa de un quirófano. Pues hoy en el hospital, esa mujer era la madre, hermana, novia, mujer, e hija de cada uno de nosotros. Porque has privado a su hijo de saber siquiera lo que es vivir. Porque no entiendo la culpa que él tiene de que seas un maldito asesino sin alma. Ojalá algún día sientas el dolor del marido que se queda y te mire a los ojos su madre y sientas como destroza tu corazón. La segunda es una niña que está en otro hospital malherida y a la cual nadie ha reclamado porque probablemente sus padres estén ahora muerto en ese pabellón del ifema... Ojalá sientas el desamparo, la soledad y la sinrazón que acompañará a esa inocente toda su vida. La última es la de un chaval joven ya cadáver en una cama. En su bolsillo ha sonado el móvil y alguien ha tenido que dar explicaciones a tu barbarie. Ojalá algún día sientas la profunda tristeza y la desesperación de la persona que estaba al otro lado del teléfono.
Y todo esto para qué, para conseguir tus propósitos, para reivindicar el qué?. Por que ahora no siento miedo sino rabia, ira contenida y ganas de luchar más aún para que algún día tú pagues por todo el dolor que has provocado. Por acabar contigo y tus compañeros. De luchar porque ningún español se vuelva a levantar de la cama para enterarse que la persona que más quiere en el mundo ha muerto por unos ideales que igual ni conoce y que tú ni siquiera te crees.
Para terminar te voy a decir una frase que constantemente golpea mi pecho, porque refleja en dos líneas todo lo que te quiero decir:
matar una persona por defender unos ideales, no es defender unos ideales, es matar a una persona
Me despido de ti, sabiendo que el domingo tengo una primera oportunidad de defender en lo que pienso y sabiendo que aquí, en otra vida, en cualquier lado o donde sea. Pagarás, maldito asesino, por todo el dolor que nos haces sentir.
Esperando no volver a saber de ti se despide con el corazón roto:
"un ciudadano más"
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